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Tras prohibir el algoritmo Deepfake de Google Colaboratory (un servicio informático gratuito con acceso a la GPU), las autoridades en Estados Unidos señalaron que es importante regular las leyes de esta tecnología. Hoy en día las deepfakes son muy comunes en Internet, pues se trata de un algoritmo de aprendizaje profundo para crear imágenes, videos, audios u otros archivos falsos.
El uso de redes neuronales profundas, el deep learning o aprendizaje profundo y las ediciones de contenido multimedia reducen drásticamente el esfuerzo. En comparación al método de edición convencional, resulta más eficiente fabricar deepfakes, pues su falsificación es más convincente.
Por sus características, el software es capaz de implantar la cara de una persona en un video con otra persona y se usa para hacer acusaciones o señalamientos falsos con celebridades. Sin embargo, algunas estimaciones señalan que el 96 por ciento de las deepfakes son de carácter pornográfico, esto expone las preocupaciones sobre abuso, extorsión y escarnio público.
Bajo ese contexto, un estudio realizado por Kaspersky reveló que el 70% de los usuarios en América Latina ignora la existencia de las deepfakes. Perú con el 75% encabeza la lista, seguido de México y Chile con el 72%, Argentina, Brasil y Colombia con el 67, 66 y 63 respectivamente.
Para los expertos en ciberseguridad, este índice de desconocimiento es alarmante debido a que podría garantizar el éxito de tácticas de ingeniería social cuya tecnología es aplicada para estafar. Vladislav Tushkanov, director data scientist en Kaspersky informó en el blog de la empresa que las deepfakes son un excelente ejemplo de tecnología.
No obstante, mientras su desarrollo es fugaz, es importante comprender y manejar las complicaciones de la tecnología. “Las deepfakes son un nuevo instrumento de desinformación la cual desafía todo aquello que creemos es confiable en una sociedad“, subrayó.
Ante esta situación, los expertos en ciberseguridad en Kaspersky compartieron algunos consejos prácticos para identificar las deepfakes. Lo más importante sería fijarse en los detalles, por ejemplo, el cabello mal representado, formas del rostro, la mirada, diferencias de color en la piel o parpadeos no naturales.
Existen otros detalles que evidencian un contenido fake, entre ellos la ropa del personaje, el paso de una mano por el rostro. En segundo lugar, comúnmente las deepfakes se utilizan para hacer afirmaciones públicas desmedidas u ofertas demasiado buenas para ser verdad.
A pesar de ser un video o imagen convincente, es esencial verificar el contenido con fuentes confiables, ya que se puede tratar incluso hasta de una estafa. Esto último puede suceder si se descarga un archivo, o se visita algún enlace sospechoso o sitios web de phishing.
Si bien, las aplicaciones prácticas de esta tecnología pueden estar bien encaminadas a la educación, doblaje de películas o reanimación de figuras históricas. Lo cierto es que se utilizan más para fines ilícitos, por ello, los expertos en Kaspersky recomiendan siempre estar alerta del contenido multimedia que se consume en Internet.