vigilan desde su hogar celestial las evoluciones de los seres humanos, con el propósito de promover los buenos sentimientos y las acciones nobles.
Su principal interés es conseguir el bienestar de los niños, a los que custodian con sus grandes telescopios. Entre ellos, se sienten especialmente preocupados por Nicolás, el solitario ayudante de un mago. El joven está a punto de caer bajo la influencia de un espíritu maligno, que habita en un antiguo libro. Además, los Osos Amorosos quieren evitar que los hermanos Kim y Jason pierdan la fe en la humanidad, después de que una serie de decepciones les hayan llevado a desconfiar de las personas.