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Dormir mal se manifiesta de distintas formas, incluida la duración breve del sueño o el sueño fragmentado, según la Sleep Foundation. La fundación agregó, dichos trastornos del sueño dificultan el desarrollo normal y saludable de aspectos cognitivos, como procesar la información y pensar con claridad.
Por otra parte, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), indicó, los adultos deben dormir entre 7 y 9 horas cada noche. La razón es que durante tal periodo, diferentes sustancias químicas en el cerebro se activan o desactivan para coordinar el descanso y la recuperación. Por esto, ante un sueño inadecuado y la falta de tiempo para recuperarse, las neuronas en el cerebro son menos capaces de tener un desempeño óptimo, explicó el CDC.
La falta de sueño reduce la atención, el aprendizaje y el procesamiento; ralentiza el pensamiento y el tiempo de reacción en el corto plazo. También afecta la capacidad de seguir instrucciones, las habilidades motoras, la flexibilidad cognitiva, reduciendo la capacidad de adaptarse y prosperar en circunstancias cambiantes. De igual modo, dormir mal puede alterar la forma en que se entiende la información emocional, potencialmente afectando el juicio.
A largo plazo, la insuficiencia de sueño crónica, de semanas, meses o años, influye en los riesgos de problemas de memoria, deterioro cognitivo y demencia. De acuerdo con los especialistas, dormir mal afecta la consolidación de la memoria, al interrumpir los procesos encargados de esta tarea, mientras el sueño fragmentado afecta negativamente la memoria, incluso si se duerme las horas adecuadas.
La revisión de varios estudios observacionales, asegura la fundación, encontró un riesgo considerablemente mayor de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer, en personas con problemas de sueño. Este análisis estimó un 15% de casos de Alzheimer atribuibles a la carencia de sueño. El sueño ayuda a la eliminación de sustancias potencialmente peligrosas en el cerebro, como las proteínas beta amiloides, asociadas al Alzheimer.
Además de procurar dormir lo recomendado diariamente, otros factores pueden tomarse en consideración para disminuir la velocidad del deterioro cognitivo y el riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer. Junto a la falta de sueño, la contaminación del aire y la salud intestinal se vinculan con dicho padecimiento, mientras el consumo de alimentos ultraprocesados se asocia con un mayor deterioro cognitivo.