NotiPress
De acuerdo con Claudio Plá, médico psiquiatra y psicoanalista fundador de Poder Volar, 30% de los pasajeros tienen miedo de al menos una de las fases del vuelo, generalmente a las turbulencias. Bajo esta línea, el experto comentó en entrevista para NotiPress sobre el impacto de la información de medios de comunicación relacionada con la seguridad y dificultades técnicas de los aviones para las personas con este miedo.
Conocer los casos de incidentes de avión relacionados con dificultades técnicas a través de medios de comunicación, tales como la pérdida de un motor en pleno vuelo, pueden generar una respuesta de estrés en las personas. El médico psiquiatra de la organización reveló: hay personas con tolerancia a estos eventos; sin embargo, también hay pasajeros con un mayor compromiso psíquico que puede desencadenar, por ejemplo, estrés postraumático.
Medline define el estrés postraumático como un trastorno derivado de un evento traumático, con el cual las personas experimentan un profundo miedo ante una situación que puede no ser peligrosa. Desde enterarse sobre la muerte de un ser querido, hasta sufrir agresiones físicas directas, esta condición deja un embate psicológico que las personas pueden revivir tras encontrarse con estímulos, emociones, o pensamientos.
Las personas sensibles a sufrir tal miedo por volar tienen una imaginación desarrollada, por ello la información sistematizada es el mejor antídoto para dar seguridad sobre la experiencia de volar.
El ser humano se asusta por evocaciones, por escenas viejas que uno tiene en su archivo. Puede ser una experiencia que vivió o algo que vio en las noticias”, comentó Plá.
Con motivo de los temores evocados por las noticias relacionadas con incidentes en el sector aeronáutico, es importante que la información sistematizada sea acompañada por explicaciones sobre el tema. Si bien las estadísticas pueden informaron sobre el incremento de la seguridad en los aviones, así como la baja incidencia de accidentes, eso no explica la razón de ello, agregó el psiquiatra.
Dos ejemplos recientes incluyen el vuelo de Aeroméxico que retornó a la Ciudad de México por haber perdido un motor, y los efectos de la ceniza volcánica del volcán Popocatépetl. La pérdida de un motor de avión, pese a ser un evento poco frecuente, está contemplado entre los incidentes que pueden sufrir las aerolíneas. Gracias a filtros de seguridad y controles sobre los aviones, estos equipos son capaces de volar en el caso de sufrir un incidente de esta clase.
Sobre las cenizas volcánicas, el vocero de Poder Volar destacó que los aviones no se apagan ni se averían cuando entran en contacto con ellas. Al ser un material abrasivo, estas cenizas representan servicios de mantenimiento y limpieza muy costosos para los motores de avión afectados; motivo por el cual las aerolíneas pueden decidir abortar los vuelos.
El miedo a volar tras experimentar o enterarse de estos incidentes también puede ser atendido con información sobre las habilidades del personal de aviación. En el caso de los pilotos, es importante considerar que cuentan con capacitación y formación para pilotear con el instrumental de los aviones.
La información sistematizada y explicada por un acompañante de vuelo es clave, no obstante, existen otros factores que pueden mitigar el embate psicológico para las personas sensibles al miedo a volar. De mano de los pasajeros, es importante contar con acompañamiento terapéutico y farmacológico recetado por especialistas.
Asimismo, Poder Volar recomienda acudir a los vuelos después de un descanso adecuado, sin el estómago vacío, y con conciencia de evitar motivos adicionales de estrés, como las despedidas en el aeropuerto. Sobre el tema de los fármacos, destacó que la combinación con ejercicios terapéuticos es la estrategia con mejores resultados.
Finalmente, en caso de pasar por dificultades técnicas en los vuelos, la respuesta ideal de las aerolíneas consiste en dar seguimiento psicológico a los pasajeros. A partir de una evaluación sobre los pensamientos y pesadillas reportadas por las personas, podrán determinar el tipo de tratamiento requerido, así como la presencia de miedo bajo estrés postraumático.