“En Rusia, Argentina no es sinónimo ni de Perón, ni de Eva ni de Maradona, es sinónimo de Natalia Oreiro”. Eso afirma una periodista de Moscú sobre el fenómeno y el torbellino que genera esta uruguaya (argentina por adopción) en el país de los zares.
Y es justamente la gira que realizó esta artista por Rusia en 2014, la base para comprender el furor que es Oreiro en ese país. El documental Nasha Natasha le acerca al espectador la vida de una mujer sencilla y trabajadora que logró meterse en los corazones de los habitantes de uno de los lugares más fríos del planeta.
Este vínculo comenzó a mediados de la década del 90, cuando las ficciones y telenovelas argentinas se vendían al exterior. “En Rusia se vio primero Ricos y famosos pero fue sin dudas Muñeca Brava que se vendió a 90 países la que me permitió saltar fronteras”, cuenta Oreiro a Teleshow días antes de que Netflix ponga en su lista este documental.
Todos recordamos a su personaje de “La Cholito”, esa chica rebelde, contestataria, que jugaba al fútbol, de buen corazón que trabajaba como empleada doméstica en una mansión y se enamoraba del chico millonario interpretado por Facundo Arana. Fue ese rol que le abrió las puertas internacionalmente a Natalia y le permitió llegar a tierras lejanas.