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Luego de 14 años de gobierno conservador, Reino Unido eligió el cambio dando por ganador al líder del partido laborista, Keir Starmer. Los comicios dieron como resultado una aplastante derrota del partido del actual primer ministro, Rishi Sunak, obteniendo su peor elección en casi un siglo. La elección de los británicos puede deberse a diversos problemas económicos que el país ha enfrentado en años recientes como también a diferentes decisiones por parte del partido conservador que han debilitado su imagen pública.
De los 650 escaños del Parlamento británico, el partido laborista obtuvo un total de 410, mientras que los conservadores se quedaron tan solo con 131 lo cual representa una estrepitosa diferencia entre los dos partidos tradicionales. Esta victoria le concede a Keir Starmer el cargo de primer ministro. De esta forma, se rompe un periodo conservador de 14 años protagonizado por cinco primeros ministros.
Una de las causas que se señala al momento de explicar este giro hacia los laboristas es el conjunto de resultados negativos que los conservadores fueron recopilando. La inflación que azotó a Reino Unido durante los dos años recientes produjo consecuencias devastadoras para el costo de vida de los británicos. Pese de que esos índices disminuyeron, la economía aún no se recupera totalmente producto de un estancamiento económico que incluye los bajos salarios y el costo de las viviendas.
Otra de las razones tiene que ver más con las decisiones políticas de los conservadores. La salida de Reino Unido de la Unión Europea, o Brexit, significó para los británicos una oportunidad de crecer económicamente de manera independiente, sin embargo, actualmente el Brexit planteó más consecuencias negativas que soluciones afectando gravemente sus relaciones comerciales. Por otro lado, el Brexit prometía ser la solución para disminuir el flujo de inmigrantes ilegales, sin embargo, esta medida tuvo el efecto contrario. La población creció significativamente luego de oficializar el Brexit en 2016.
Para enmendar esta situación, Richi Sunak promulgó una polémica ley que deportaba a gran cantidad de inmigrantes y los trasladaba a Ruanda. Esta decisión le valió al primer ministro diversas críticas por parte de organismos de derechos humanos.
A partir de las presentes elecciones, el partido laborista regresa al poder. No obstante, su victoria no se le adjudica por su programa sino más bien por un “voto castigo” hacia los conservadores. De todas formas, el encargado de protagonizar este cambio es Keir Starmer.
El líder de 62 años, cuyo nombre se lo debe al primer líder del partido Keir Hardie, fue un personaje que ha coqueteado tanto con la izquierda radical como con la realeza británica. Nombrado como caballero del imperio británico por ser el director de la Fiscalía de Inglaterra, Starmer pisó la Cámara de los Comunes en 2015. Desde la derrota de los laboristas en 2019, se ha dedicado a reconstruir el partido desde un perfil bajo.
Luego de haber obtenido mayoría parlamentaria, Starmer debe ser invitado formalmente por el rey Carlos III para oficializar su cargo. De esta forma, el líder laborista ingresa al 10 de Downing Street como nuevo primer ministro del Reino Unido.