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Para explicar el “complejo de Blancanieves”, primero se debe recurrir a diferentes aspectos del cuento. Blancanieves tiene una madrastra, la reina, cuya personalidad narcisista la hace querer ser la más bella del reino. Esto entra en conflicto con Blancanieves quien enamora al príncipe con su belleza.
Cuando Blancanieves alcanzó la adolescencia, el encuentro con el príncipe dejó entrever el pronto ejercicio de su sexualidad. Por su parte, la madrastra se enfureció por el hecho de que la princesa conviviera con los enanos, figuras masculinas, pero que siguen siendo niños. Finalmente, un beso le devuelve la vida a Blancanieves, lo que enfurece aún más a la reina.
Tuvo que pasar un periodo de tiempo para que Blancanieves pudiera tener permiso de crecer, lo cual implica poder concretar una pareja. Solamente tuvo el derecho de comportarse como adulta cuando la madrastra envejeció. Aquí se puede ver la prohibición de crecer que algunos padres imponen sobre sus hijos quienes crecen con el lastre de reglas morales o el “qué dirán”.
Estos padres suelen buscar defectos en las parejas de sus hijos lo cual hace que los hijos marquen cierta distancia con sus padres a la hora de tener una relación amorosa. Suele suceder que algunos individuos recurren a salir de viaje para disfrutar de su sexualidad.
No obstante, la presión que los padres ejercen sobre la sexualidad de sus hijos suele ser inconsciente. Sus razones pueden vincularse con la angustia o el temor a envejecer. Muchos de ellos ven como algo terrorífico convertirse en abuelos.
Como resultado, el complejo de Blancanieves se presenta en los hombres cuyos padres o madres descalifican a su pareja con quien forja sus primeras relaciones, haciendo aparecer a las mujeres como peligrosas, interesadas o persecutorias. Algunas de las excusas que le presentan a sus hijos es “no tengas novia porque te va a distraer en tus estudios o de tu trabajo”. En el caso de las mujeres, es usual que sus padres utilicen apelativos infantilizándolas. Esto hace que se permita tener una relación cuando los padres no están.
El doctor Alejandro Radchik Hercemberg, miembro titular didáctico de la Sociedad Psicoanalítica de México A.C. (SPM), le comentó a NotiPress sobre este complejo: “el crecer y el despertar sexual de Blancanieves equivalen al marchitar y envejecer de la madrastra, por eso, a la princesa se le niega el permiso de continuar creciendo, cómo si la vejez fuera el efecto del crecer de los hijos y no parte de un proceso natural y paralelo, resultado del paso del tiempo y la vida”.
Bajo este complejo, los padres les prohíben a sus hijos crecer, poniendo la moral como pretexto. Al establecer una pareja y crear una familia, el individuo logra su autosuficiencia e independencia, lo cual se vuelve una amenaza para los padres quienes obstaculizan de manera sutil que sus hijos se desarrollen.
Este complejo data de muchos años, no obstante, la tecnología y las redes sociales promueven las relaciones parciales y nos asisten para evitar que nos vinculemos de manera cercana entre nosotros. El doctor Radchik asegura que esto puede resultar ideal para continuar con el “juego” de los cuentos de hadas y otro tipo de ficciones, como el “complejo de Blancanieves”.