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En Dinamarca, el gobierno implementó un plan integral de diez años para abordar los crecientes problemas de salud mental en el país, como depresión, ansiedad y trastornos del sueño. Ante el aumento de diagnósticos de enfermedades mentales, en especial en menores y adolescentes, esta iniciativa busca establecer un marco holístico de atención donde se integren todos los actores relevantes: el sistema de salud, las familias, escuelas, el sector privado y organizaciones sin ánimo de lucro. Así lo señaló Søren Kjeld Kristensen, vicepresidente senior de Lundbeck, en el Foro “Unidos frente al Estigma en la Salud Mental”.
El plan se basa en cuatro áreas clave, siendo una de las más importantes la intervención temprana, especialmente para la población joven. Según investigaciones, una detección y tratamiento precoz son fundamentales para evitar el desarrollo de enfermedades más graves. En este contexto, la educación, concienciación y formación del personal de atención primaria desempeñan un rol esencial, dado que los médicos generales suelen ser el primer contacto para la mayoría de los pacientes en el sistema danés. Esta medida pretende optimizar los recursos para que los hospitales psiquiátricos puedan concentrarse en los casos más complejos.
La digitalización es otro pilar del plan danés, aplicando herramientas tecnológicas para mejorar la prevención y gestión de la salud mental. Se han implementado soluciones de eSalud que permiten, por ejemplo, consultas en línea para pacientes con depresión moderada o leve, así como el uso de software de apoyo en el hogar. Estas alternativas buscan llevar parte del tratamiento hasta los hogares, permitiendo que los recursos hospitalarios se centren en los casos más graves, aseguró el directivo de Lundbeck en su intervención, con acceso para NotiPress.
Además, el programa incluye la colaboración con asociaciones civiles y líneas de ayuda, como una destinada a la prevención del suicidio y otra exclusiva para que niñas y jóvenes puedan hablar sobre sus problemas. Esta red de apoyo comunitario y programas de concienciación busca también combatir la estigmatización de las enfermedades mentales. Una campaña nacional, que incluye testimonios de celebridades y pacientes, promueve la apertura sobre estos temas en escuelas y comunidades.
Además del esfuerzo gubernamental, empresas como Lundbeck, farmacéutica danesa dedicada a la salud mental y neurológica, también se han sumado al compromiso de investigar y desarrollar medicamentos innovadores. Fundada hace más de una década, Lundbeck tiene presencia en más de 50 países y distribuye sus tratamientos en 80. Su modelo de negocio, respaldado por una fundación, permite mantener una visión a largo plazo en el desarrollo de soluciones para enfermedades como la depresión, la psicosis, el Alzheimer y el Parkinson.
Kristensen destacó que, a nivel global, la inversión en investigación y tratamiento de salud mental representa menos del 5% de los presupuestos de salud, mientras que el gasto promedio en salud mental es del 2 %. Ante la creciente carga social y económica de estas enfermedades, tanto en Dinamarca como en México, la compañía ha manifestado su compromiso de apoyar en cualquier capacidad para fomentar el avance en esta área.