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Un estudio reciente en Japón encontró que mejorar el aislamiento térmico en viviendas ayuda a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares, particularmente entre adultos mayores expuestos a temperaturas interiores bajas. Esta investigación demuestra que las viviendas mejor aisladas contribuyen significativamente a la salud de sus ocupantes y reducen los costos médicos asociados a enfermedades provocadas por el frío.
La investigación fue liderada por el profesor Wataru Umishio del Instituto de Ciencias de Tokio y publicada en BMJ Public Health el 24 de septiembre de 2024. El equipo analizó cómo el aislamiento y la temperatura interior impactan en la presión arterial y en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Utilizando datos de una encuesta nacional apoyada por el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón, desarrollaron un modelo económico para medir la relación entre aislamiento térmico, salud y costos de vida.
En Japón, más del 90% de las viviendas registran temperaturas inferiores a los 18 °C, el nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el bienestar de los adultos mayores. Este grupo, especialmente vulnerable a las temperaturas frías, enfrenta un mayor riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La necesidad de mejorar las condiciones térmicas en las viviendas se vuelve así prioritaria, especialmente en el contexto de una población envejecida.
Para evaluar el impacto del aislamiento, el estudio comparó cinco escenarios que consideran diferentes grados de aislamiento en viviendas, analizando tanto los costos médicos como los beneficios en términos de esperanza de vida saludable, o años de vida ajustados por calidad (AVAC). En los dos primeros escenarios, se planteó la compra de nuevas viviendas a los 40 años, con aislamiento moderado (18 °C) y alto (21 °C). Otros dos escenarios evaluaron la modernización de viviendas a los 60 años, manteniendo grados de aislamiento similares.
Los resultados revelaron que, en el caso de las viviendas nuevas, los costos de vida aumentaron entre 0,26 y 0,84 millones de yenes en comparación con viviendas sin mejoras térmicas. Sin embargo, estos costos fueron en gran medida compensados por el ahorro en tratamientos médicos, permitiendo recuperar entre el 57,9% y el 74,1% de la inversión en aislamiento. Además, la esperanza de vida saludable de las parejas aumentó en hasta 0,48 AVAC, lo que superó el umbral de costo-efectividad en Japón.
Por otro lado, la modernización de viviendas ya existentes presentó limitaciones en su rentabilidad. Según el análisis de sensibilidad del estudio, solo el escenario de modernización con el mayor nivel de aislamiento resultó viable, y solo en casos donde los residentes estuvieran dispuestos a gastar 6,5 millones de yenes, lo cual supera el umbral de costo-efectividad en Japón. Los investigadores señalaron que una alternativa más económica podría ser la modernización parcial del aislamiento, lo cual representa una opción más accesible para muchas familias.
El profesor Umishio destacó que estos hallazgos pueden orientar a los responsables de políticas públicas a tomar decisiones informadas para mejorar las condiciones de salud y vivienda. “Promover el uso de viviendas bien aisladas”, señaló Umishio, “contribuirá a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo metas de salud, reducción de desigualdades, ciudades sostenibles y acción climática”.