UNA INVESTIGACIÓN QUE REVELA LOS ENGRANAJES INTERNOS DE LA INDUSTRIA MULTIMILLONARIA DETRÁS DE LA EPIDEMIA DE LOS OPIOIDES
EL CRIMEN DEL SIGLO, de HBO, es un documental en dos episodios dirigido por Alex Gibney, ganador del Emmy® y del Oscar® (DESANGRANDO A SILICON VALLEY y CIENCIOLOGÍA: HOLLYWOOD Y LA PRISIÓN DE LA FE, de HBO), y presentado en asociación con The Washington Post.
Se trata de una implacable acusación a los grandes laboratorios farmacéuticos, a los operadores políticos y a las agencias estatales que permitieron la desmedida sobreproducción, la temeraria distribución y el abuso de los opioides sintéticos. El primer episodio se estrena el MARTES 11 DE MAYO exclusivamente por HBO y HBO GO y el episodio dos se estrena al día siguiente.
El documental explora los orígenes, la dimensión y las consecuencias de una de las tragedias de salud pública más devastadoras de la actualidad, que provocó medio millón de muertes por sobredosis solamente en este siglo, lo que deja en evidencia que la epidemia de opioides de Estados Unidos no es una crisis de salud pública que haya surgido de la nada.
El documental presenta delatores, informantes, documentos recientemente filtrados, entrevistas exclusivas y acceso al detrás de escena de las investigaciones. También colaboran médicos, periodistas, funcionarios gubernamentales retirados y en ejercicio, abogados y representantes de ventas de los laboratorios farmacéuticos. Además, cuenta con el testimonio sobrecogedor de las víctimas de la adicción a los opioides. El trabajo de Gibney sostiene que los laboratorios farmacéuticos son, en gran medida, los hacedores de la crisis de la cual se beneficiaron, con miles de millones de dólares ganados… y cientos de miles de vidas perdidas.
La crisis de los opioides es fruto de un país devastado por la avaricia corporativa, traicionado por algunos políticos electos y que permitió la promoción agresiva de OxyContin, droga altamente adictiva fabricada por el gigante farmacéutico Purdue Pharma. La primera parte del documental se centra en cómo Purdue trabajó estrechamente con la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) para que el analgésico altamente rentable fuera aprobado para un uso más extendido, promocionando su seguridad sin suficiente evidencia y creando una campaña para redefinir el dolor y cómo se lo trata. Cuando los entes reguladores gubernamentales o los funcionarios del Departamento de Justicia intentaron corregir el error, Purdue Pharma y los gigantes de la distribución de opioides como Cardinal-Health llegaron a un arreglo extrajudicial, manteniendo la confidencialidad de los detalles y continuando como si nada. A medida que decenas de miles de personas sucumbían a la adicción a los opioides, la fortuna amasada por el negocio de los opioides se tornó el crimen del siglo, y el mercado que abrió OxyContin allanó el camino a drogas recetadas aún más mortíferas.
Las siguientes personas contribuyen con la primera parte de EL CRIMEN DEL SIGLO: el autor Patric Radden Keefe; el especialista en opioides Dr. Andrew Kolodny; el exrepresentante de ventas de Purdue Mark Ross; la especialista en adicciones de Stanford Dra. Anna Lembke; el fundador de la clínica para el dolor Life Tree, Dr. Lynn Webster; Roy Bosley, cuya esposa murió de una sobredosis de opioides; el autor y periodista del New York Times Barry Meier; el médico Dr. Art Van Zee; el exfuncionario del Departamento de Justicia Paul Pelletier, y el técnico en emergencias médicas Giles Sartin.
La segunda parte de EL CRIMEN DEL SIGLO, con estreno el 12 de mayo, arroja luz sobre el marketing masivo del opioide sintético fentanilo y hurga en las conexiones entre los laboratorios farmacéuticos y las políticas gubernamentales. Mientras la epidemia silenciosa en los Estados Unidos mataba a 40 personas por día, Insys Therapeutics, un nuevo fabricante de fentanilo, siguió sobornando a los médicos para que prescribieran en exceso el fármaco.
Los reveladores videos para los representantes de ventas y el material promocional nos hablan del profundo cinismo de los empleados de la empresa y de sus prácticas corporativas nefastas y generalizadas. Existió un esquema complejo para defraudar a las aseguradoras de salud que iba de la mano con las tácticas fraudulentas de marketing, al tiempo que los legisladores, que recibían donaciones de campaña de los grandes laboratorios farmacéuticos, trabajaban para socavar la aplicación de las leyes y hacían la vista gorda sobre las implicancias del mecanismo complejo que vendía miles de millones de píldoras de opioides en todo el país.
Se entremezclan historias de las tragedias personales narradas por el personal de los servicios de salud, los sobrevivientes y los familiares de las víctimas de los opioides, en paralelo con la línea de tiempo que refleja la codicia corporativa y la malversación. La segunda parte de EL CRIMEN DEL SIGLO incluye comentarios del exagente de la Administración para el Control de las Drogas (DEA) Joe Rannazzisi; del exabogado de la DEA Jonathan Novak; de los periodistas del Washington Post Sari Horwitz, Scott Higham y Lenny Bernstein; de los fiscales de Massachusetts David Lazarus, Nathaniel Yeager y Fred Wyshak; del agente especial de investigaciones del Homeland Security (servicio de seguridad interior) Ed Byrne; del agente Will Kimbel, a cargo de la oficina de la DEA de Lubbock; del exvicepresidente de ventas de Insys Alec Burlakoff; del exgerente de ventas de Insys Sunrise Lee, y del traficante de fentanilo Caleb Lanier. Entrecruzadas, estas historias centradas en las personas entretejen una historia aún mayor de corrupción sin freno.