La montañista salvadoreña Alfa Karina Arrué ya se encuentra en Lukla y posiblemente estaría llegando a nuestro país el próximo seis de junio.
“Gracias a Dios estoy muy bien. Quiero darle las gracias desde el fondo de mi corazón a todas las personas que estuvieron orando por mi seguridad, que suplicaron a Dios y a la montaña por mi protección. Estoy totalmente segura de que estoy a salvo gracias a esas oraciones”, aseguró la montañista.
“Como sabemos, en el deporte se gana y se pierde, y claro que perder duele demasiado porque, como atleta, sé que el camino estuvo lleno de esfuerzos, sacrificios, privaciones y entrega. He llorado mucho por no poder alcanzar la cumbre. He pasado todas estas noches pensando que quedé a 10 horas de la cumbre y que, a pesar de entregar toda mi fuerza y enfrentar tantos miedos, el clima no me permitió cumplir la meta. Me sentía muy fuerte y segura que llegaría a la cumbre, pero el clima era demasiado malo e implicaba demasiado peligro seguir adelante. Peligro de perder dedos, nariz o la vida misma.
Me siento feliz de haber llegado al Collado Sur o zona de la muerte, y feliz de saber que soy la primera salvadoreña en llegar tan alto.
Pero espero poder tener otra oportunidad donde el clima no sea un impedimento.
Agradezco el apoyo incondicional de mi pareja, de mis hijos, mis padres, mi familia, mis queridas hermanas y hermanos de montaña, y a todas las personas que me han acompañado en este sueño.
Gracias a Yamil Bukele y al INDES por creer en el deporte y apoyarme en esta expedición, y saber que plantearse metas altas dignifica a nuestro país.
Gracias a la federación de montañismo y escalada por su apoyo, a mis amigos de Promoatur, Gecko Travel. Gracias, William, por ayudarme a compartir cada momento de esta aventura y explicarles que significaba cada paso. Sé que hay una lista grande de personas queridas que me han dado su apoyo física y emocionalmente.
Este viaje ha sido la expedición de mi vida, donde he aprendido lecciones invaluables, enfrenté el miedo a la cara y lo arrollé con mis pies. Conocí la fuerza interior que poseo y de todo lo que soy capaz y, a pesar de tanto llanto, estoy muy agradecida por la oportunidad de crecimiento tanto deportiva, como personal, y especialmente psicológica y espiritual.
Espero pronto llegar de vuelta a mi bello El Salvador, y reconfirmo: tenemos el país más hermoso con el mejor clima del mundo.¡Un abrazo de montaña!, expreso la montañista