Covid-19, la pandemia que transformó el desarrollo de vacunas

NotiPress

A raíz de la pandemia por Covid-19, la ciencia comenzó a entender de una mejor manera la tecnología ARN mensajero (ARNm) la cual se ha generalizado. Ahora, los científicos creen que esta tecnología podría emplearse para desarrollar otras vacunas con el objetivo de atacar otras enfermedades.

Una investigación realizada por científicos de la Universidad Estatal de Oregón, encontró en las vacunas ARNm la capacidad de aumentar la producción de una proteína clave en la salud de la piel. Esta nueva proteína es una herramienta valiosa para ayudar a prevenir el cáncer de piel, una enfermedad donde las células del cuerpo comienzan a multiplicarse sin control.

De igual manera, Pfizer-BioNTech, la asociación detrás de las dos vacunas de ARNm que protegen contra la Covid-19, anunciaron que usarán este enfoque para desarrollar una vacuna contra la herpes zóster. Ambas compañías esperan comenzar los ensayos clínicos de la vacuna contra el herpes en el segundo semestre de 2022.

Esta inoculación combinará la tecnología de antígenos reconocida por los científicos de Pfizer y la tecnología de la plataforma ARNm de Biontech. Tanto Pfizer como Biontech ya han trabajado en conjunto para desarrollar vacunas, un ejemplo de ello fue en 2018 cuando unieron fuerzas para crear una vacuna contra la gripe.

Por su parte, Moderna informó que comenzará a realizar ensayos clínicos de su nueva vacuna contra la influenza basada en la tecnología ARNm. A través de un comunicado, la firma estadounidense contempla incluir en una sola vacuna anual protección contra otros virus respiratorios, por ejemplo, el Virus Sincitial, Metapneumovirus humano y SARS-CoV-2. Stephen Morse, epidemiólogo estadounidense, detalló a los medios que las vacunas ARNm contra la Covid-19 superaron las expectativas y parecen funcionar mejor de lo previsto. “Las vacunas basadas en el ARNm parecen ser una alternativa para enfrentar otras enfermedades y podrían ser igual de efectivas“, agregó.

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La tecnología de las vacunas basadas en el ARN mensajero monocatenario no es nueva, pues se ha utilizado en diferentes ensayos preclínicos y clínicos desde hace décadas. Algunas pruebas encontraron que producen una potente respuesta protectora en modelos animales contra infecciones por ébola, zika, gripe e incluso bacterias como Streptococcus.

Todavía existe una preocupación con este tipo de vacunas por su baja eficiencia al introducirlas en las células y el ARN puede estimular reacciones inmunológicas de tipo inflamatorio. Sin embargo, sus beneficios son superiores; por ejemplo, es relativamente barata en comparación a otro tipo de vacunas, ello permitió diseñar una vacuna contra la Covid-19 en tiempo récord.

Además, una vez que se conoce el genoma del patógeno, en unas semanas se pueden producir los primeros prototipos vacunales, ello la convierte en una herramienta eficaz cuando aparece un patógeno nuevo. Su rapidez es un beneficio mayor que el problema de su inestabilidad, Moderna fue capaz de diseñar su vacuna ARNm contra el SARS-CoV-2 en tan solo seis semanas.

Científicos de los diferentes laboratorios están centrando sus esfuerzos en desarrollar vacunas contra otro tipo de enfermedades basándose en el ARNm. La mayoría cree que podría ser la clave para producir vacunas para vencer enfermedades tan desafiantes como la gripe común, el VIH y hasta la malaria o insuficiencia cardíaca.