El Partido Demócrata tiene su origen en las facciones antifederalistas, de la época de la independencia de América del dominio británico. Estas facciones fueron organizadas por Thomas Jefferson, James Madison y otros opositores de los federalistas en 1792.
El Partido Republicano es el más joven de los dos partidos. Fundado en 1854 por los activistas de la expansión antiesclavista y modernizadores, el Partido Republicano ganó más relevancia con la elección de Abraham Lincoln, el primer presidente republicano. El partido presidió la Guerra Civil Americana y la Reconstrucción, y se vio afectado por facciones y escándalos internos a finales del siglo XIX.
Posición sobre el papel del gobierno
Una de las diferencias fundamentales entre los ideales de los partidos Demócrata y Republicano es en torno al papel del gobierno.
Los demócratas defienden un papel más activo del gobierno en la sociedad, y creen que tal participación puede mejorar la calidad de vida de las personas, además de ayudarlas a alcanzar mayores oportunidades de forma igualitaria.
Por otro lado, los republicanos tienden a defender un gobierno pequeño, tanto en términos del número de personas empleadas por el gobierno como en términos del papel y las responsabilidades de éste en la sociedad. Ellos ven un “gran gobierno” como un desperdicio y un obstáculo para hacer las cosas.
Su enfoque es el capitalismo darwiniano, en el que las empresas fuertes deben sobrevivir en un mercado libre, en lugar de influir el gobierno en quién gana o pierde en los negocios a través de la regulación.