Un vuelo procedente de Tapachula, México, con 41 salvadoreños que fueron abandonados en esa ciudad por autoridades migratorias mexicanas llegaron al país, tras un intento de los compatriotas de migrar hacia los Estados Unidos.
La odisea de estas personas duró cerca de dos semanas, tiempo durante el cual el consulado salvadoreño en Tapachula hizo las gestiones pertinentes para brindarles refugio y alimentación. En esta tarea el Gobierno también contó con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Este grupo fue prácticamente abandonado en la frontera entre Guatemala y México. Los dejaron sueltos, la gente empezó a caminar, a buscar dónde dormir, dónde comer, no sabían dónde estaban, no sabían a quién acudir. Inmediatamente nuestra red consular se organizó y los fuimos a buscar”, explicó la ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill.
Un equipo de la Oficina Sanitaria Internacional activó los protocolos de salud respectivos para verificar que estas personas no presentaran síntomas de COVID-19.
“El Presidente Bukele vela por todos y cada uno de los salvadoreños, dentro y fuera de nuestras fronteras”, dijo la Canciller.