La ciencia es la herramienta más útil y eficaz que hemos desarrollado para adquirir conocimiento del mundo que nos rodea.
Su versatilidad le permite desentrañar los misterios de un virus durante una pandemia, entender los entresijos de los átomos y la energía, pero también descubrir aspectos que podríamos considerar insignificantes o accesorios, como investigar por qué a los gatos les gusta tanto meterse dentro de una caja.
Una herramienta de conocimiento vale para cualquier cosa, y quizá para descansar un poco de la avalancha de noticias sobre contagios y síntomas del coronavirus, podría resultar interesante fijarnos en el lado más simpático y divertido de la investigación científica.
Cualquier amante de los gatos conoce bien por experiencia la inexplicable predilección de sus mascotas por las cajas, especialmente las de cartón.
La ciencia, siempre dispuesta a desvelar los grandes misterios del Universo, también se ha interesado por este acusado comportamiento felino y contamos ya diferentes estudios de conducta animal que aportan algo de luz al enigma.
Es posible que muchos de ustedes estuvieran al tanto, pero yo acabo de descubrir que existe una escala que mide el estrés en gatos.
Al parecer se denomina escala de Kessler y Turner del estrés en gatos y, mediante la observación de los pequeños felinos en diferentes situaciones que generan estrés, analiza su conducta y la cataloga en un sistema de puntuación según el nivel de ansiedad, tensión o angustia del gato.
No es cosa trivial, las experiencias estresantes pueden tener un gran impacto en el bienestar de los gatos y pueden provocar una mayor incidencia de enfermedades infecciosas debido a los niveles elevados de cortisol que incluso provocan inmunodeficiencia. Así pues, una de las primeras pautas que los investigadores buscan es saber si las cajas reducen el nivel de estrés en los gatos.
Utilizando esta escala, diversos artículos han demostrado que la preferencia de los felinos por los escondites y cajas, reducen el nivel de estrés. Uno de los estudios más significativos se publicó hace unos años y utilizó diecinueve gatos a los que dividió en dos grupos. Al primero de esos grupos se le proporcionó una caja de cartón, y al resto de gatos, que funcionaban como grupo de control, no se le dio caja. Para determinar los niveles de estrés de los gatos, se realizaron observaciones de comportamiento durante un período de 14 días de acuerdo con la escala de Kessler y Turner. Los resultados fueron bastante claros: aquellos gatos que tenían caja de cartón mostraban muchos menos signos de estrés que los que no tenían caja. De hecho, los gatos con caja interactuaban mejor con sus dueños humanos, más tranquilos y menos agobiados, que los gatos que no la tenían.