ABC internacional
Una turba asaltó ayer el Capitolio, enardecida por las denuncias de fraude electoral del presidente Donald Trump, justo momentos después de que su propio vicepresidente, Mike Pence, se negara a rechazar los resultados de las elecciones presidenciales. El Senado fue evacuado, pero la Cámara quedó aislada, con los diputados encerrados dentro, rodeados por una turba armada.
Agentes armados tuvieron que proteger a los diputados apuntando sus pistolas hacia los ventanales de la Cámara, mientras los asaltantes trataban de tomarla desde los pasillos de afuera. Los manifestantes habían roto antes los cristales de varias ventanas, e irrumpieron así en el edificio. Después se oyeron varios disparos en el interior del recinto.
El caos se apoderó de la sede del poder legislativo en el día en que debía proclamarse a un nuevo presidente. Uno de esos asaltantes llegó al Senado, y se encaramó al asiento que ocupaba momentos antes el vicepresidente y desde allí gritó: «¡Trump ganó las elecciones!». Antes de esas mismas elecciones, al presidente se le preguntó en varias ocasiones si aceptaría un traspaso pacífico de poderes y se negó a responder.
La turba, que fue capaz de reducir a la Policía, se paseó por los pasillos del Capitolio, y llegó incluso hasta los despachos de algunas de sus señorías, incluida la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. Sobre su escritorio, dejaron una nota: «No nos rendiremos». Esas palabras las había dicho Trump unos momentos antes en una arenga a sus partidarios desde la Casa Blanca.
El vicepresidente tuvo que ser evacuado. La Policía creó un perímetro de seguridad alrededor del edificio y comenzó a evacuarlo, empleando gas pimienta y bombas de humo. Una mujer, herida en la cabeza, cubierta de sangre y al parecer inconsciente, fue evacuada en una camilla. Según los servicios sanitarios, falleció después, por un disparo en el pecho.
La alcaldesa de la capital declaró inmediatamente el toque de queda para el anochecer, ante el riesgo de violencia. La noche del martes ya hubo violentos disturbios en la capital de EE.UU., con enfrentamientos entre partidarios del presidente y la Policía metropolitana. Hubo al menos una decena de detenidos. En la noche del miércoles se iban a desplegar unos 1.100 reservistas de la Guardia Nacional de Washington.
Una gran parte de esos manifestantes acudieron al Capitolio después de haber escuchado el discurso de Trump ante la Casa Blanca, en el que el presidente denunció de nuevo fraude y prometió seguir peleando por mantenerse en el poder. Al llegar a la sede del poder legislativo, lo rodearon y forcejearon con la Policía, hasta que rompieron el perímetro de seguridad.
Normalmente hay un cordón alrededor del edifico, y es imposible subir las escaleras hasta las puertas de las cámaras, aunque esa multitud lo logró, de forma sorprendente e inesperada. Mientras, los despachos y el Senado eran evacuados por la gran red de pasillos subterráneos que hay en este recinto.
Normalmente, hay que pasar por un estricto control de seguridad para entrar en el recinto del Capitolio, donde se hallan la Cámara de Representantes y el Senado. El edificio cuenta con su propio cuerpo policial, que tuvo que contener la turba. Esta asaltó las entradas desde las diversas escalinatas. Muchos llevaban camisetas y banderolas con la letra «Q», un símbolo de una teoría de la conspiración que mantiene que existe una trama de pederastia en la que están metidos los demócratas y que sólo Trump puede detenerla desde el poder.
Aun a pesar de que el vicepresidente había sido evacuado, Trump le acusó en Twitter de falta de coraje por asumir finalmente la victoria de Biden en las presidenciales. Finalmente, el presidente pidió a sus partidarios que se calmaran, también en Twitter: «Apoyad a la Policía, está de nuestro lado». «Mantengan la paz», dijo Trump.
El presidente llevaba semanas pidiendo a sus partidarios que se movilizaran contra la certificación de los resultados de las elecciones de noviembre, que ha calificado de fraudulentas. Ya ha habido varias manifestaciones en pasadas semanas, pero todas ellas por lo general pacíficas. Las cortes de justicia, incluida la Suprema, han rechazado hasta el momento todas las denuncias de fraude del presidente Trump y sus abogados. Él ha pedido a sus partidarios que se movilicen para salvar su presidencia.