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Luego de la restricción impuesta por la Comisión Europea con respecto a importar solo aceite de palma certificado en la Unión Europea (UE), especialistas advirtieron sobre un debate importante en el sector. Ello debido a que dicha iniciativa desalienta su consumo, afecta productores durante la pandemia por Covid-19, y puede generar problemas ambientales derivados del uso de otros aceites vegetales.
Según el reporte “Escogiendo Aceite de Palma Sostenible, Progreso en la Importación y Uso Sostenible del Aceite de Palma en Europa”, realizado por Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible y la organización European Sustainable Palm Oil (ESPO), 74% del aceite de palma utilizado por la UE cuenta con certificación RSPO. La región importó 7.2 millones de toneladas de este producto en 2017, y desde entonces capta más del 12% de las la importación total al año, agregó. Asimismo, 70% del aceite de palma importado en Europa se usa en la industria de alimentos, y 30% en productos como biocombustibles y cosméticos.
Europa busca eliminar la importación de aceite de palma que no provenga de fuentes bajo el esquema de certificación de Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO), informó la UE. Durante 2018, el Parlamento Europeo propuso la Directiva de Energía Renovable (RED, por sus siglas en inglés), orientada a prohibir el uso e importación de aceite de palma para biocombustibles en 2021. Si bien el aceite de palma suele asociarse con la deforestación y destrucción del suelo, especialistas indicaron que desalentar su consumo tendría importantes repercusiones ambientales.
Matin Qaim, académico especializado en economía agrícola por parte de la Universidad de Goettingen, Alemania, comentó la necesidad de mejores políticas de producción en lugar de apelar a la prohibición europea. Esta prohibición, que consiste en admitir únicamente la importación de aceite de palma desde fuentes sostenibles, ha generado un debate entre diversos especialistas y organizaciones. Según Qaim, la exigencia de aceite de palma bajo el estándar RSPO obligaría a depender de otros aceites vegetales, cuyas consecuencias incluyen deforestación y contaminación, en tanto la producción de plantas aceiteras requiere una gran extensión de tierra.
De acuerdo con José Luis Pérez Vázquez Aldana, presidente ejecutivo de la Federación Mexicana de Palma de Aceite (FEMEXPALMA), en declaraciones para NotiPress, México mantiene el compromiso de sumarse al esquema de certificación RSPO en la producción de aceite de palma. Si bien en el mercado mexicano existía un desconocimiento sobre los esquemas de certificación, el país planea integrar iniciativas para producir e importar aceite de palma sostenible, agregó. El Anuario Estadístico 2020 de la Federación estima, en la nación azteca la producción local alcanza los 271 mil 235 toneladas anuales en 2019, y sitúa al país en el número 15 entre los principales productores.
Asimismo, frente al debate de prohibir la importación de aceite de palma durante la pandemia de Covid-19, productores en Latinoamérica han respondido de diversas maneras. Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), informó que palmicultores colombianos fomentan el consumo de su producto en el país a través de campañas desde 2020. Según Fedepalma, la agroindustria de la palma en Colombia se encuentra en 161 municipios, e impulsa la economía al consolidarse como producto nacional. La sostenibilidad y cuidado de la biodiversidad en la producción de aceite de palma en Colombia son inseparables de su consumo en el territorio, informó el presidente ejecutivo.