El Salvador-Recuerda que en sus inicios, cuando su deporte aún no era visto con buenos ojos, se escapaba para poder ir a surfear. Lo que era considerado vagancia se convirtió en una oportunidad para representar al país. Y fue así que, luego de participar en un Centroamericano en Guatemala, logró el apoyo de la federación y de algunos patrocinadores.
Porfirio “Heathcliff” Miranda, quien tropicalizó su apodo a Heatclif, se ha aferrado a la idea de destacar en un gran torneo. Esa aspiración lo ha llevado a competencias internacionales, y le ha dado satisfacción tanto a él como a su familia, de la que ahora tiene el apoyo total para ir a montar las olas.
“El inicio fue bastante bonito y, a la misma vez, difícil, pero todo tiene un esfuerzo para mí. No fue fácil salir de casa a cada momento y decir: ‘mamá, voy a ir a la playa’, porque en 2000 no había mucho surfista. Era como: ahhh, ese es un surfista vago, no es un buen deporte, pero porque la gente no sabía que había mucho nivel en el surf no solo en El Salvador, sino en todo el mundo”, aclara.
El residente en La Bocana explica que para llegar hasta donde se encuentra tuvo que pasar mucho sacrificio, pero que la entrega valió la pena.
“Cuando podía, me escapaba con mis amigos con un pedazo de tabla, en ese momento tenía 10 años de edad, pero me di muchas veces muchas revolcadas debajo del mar, casi ahogándome, pero siempre cuando uno quiere algo, se puede, y para mí, mi sueño era ser un gran surfista y representar al país”, dice Heatclif, nacido el 30 de diciembre de 1990.
El deportista explica que siempre vio lo que otros han hecho por sus países, y ante el deseo y orgullo de representar a El Salvador lo llevó a aventurarse a Guatemala. Tras esto recibió el apoyo de la federación, y con ello llegaron los patrocinios y las primeras tablas.
“Conseguí patrocinio y mi mamá y mi papá creyeron un poco en mí y comenzaron a decirme: dale, andá surfeá, y de ahí a la escuela. Todo surgió poco a poco, con mucha fe y ganas, no es fácil. Tengo 20 años de estar en la carrera del surf, con este, 21 de ser surfista y 15 años de competir en eventos de surf”.
Para prepararse, Miranda explica que además de tener confianza, todos los días mira videos de surf. Para entender las maniobras, hace un análisis de los mejores del mundo, “pues de ellos se aprende”.
“Mi meta es ser campeón algún día de un evento muy importante. Mi misión es ganar un evento que no sea un ALAS, sino que uno un poco más importante, por lo que estoy motivado, entrenando cada día, dedicado y agradecido con el gobierno y con el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (INDES) de apoyar el deporte, de apoyarme y de creer en mí”, dice el popular Heatclif, como lo llaman sus amigos, e incluso su familia.
Origen de su apodo
El surfista explica que tiene mucho amor a los animales, ejemplo de ello es que tiene dos perros, uno de los cuales, “Bocana”, lo acompaña siempre y lo espera en la playa cuando va a surfear, e incluso, asegura, cuando era un cachorro le gustaba subirse a la tabla.
“Un vecino tenía un gato, se llamaba Heathcliff. Siempre que yo regresaba de la escuela, el gato salía corriendo a recibirme y me conocía. Un día lo llamé: Heathcliff, Heathcliff y el gato no llegó, y me dijeron que había muerto, me puse a llorar. De ahí me quedó Heatclif, porque me dijo el dueño del gato que me llamaría así porque el gato ya no vive, pero tú lo querías mucho, desde ahí me quedó Heatclif. Mi papá, mi mamá me llaman así”, comenta mientras se dirige a entrenar en La Bocana.
“Hay que entender qué tipo de olas tenemos, qué tipo de maniobras se pueden dibujar en ellas, si son tubulares, depende de qué maniobras se dominan, si están para hacer aéreos. Eso se llama visualización, y son cosas que sirven para entrar adaptado al movimiento de la ola”, comenta.
Como un ejemplo a seguir en su actividad, Heatclif menciona que, aunque han surgido nuevas figuras, su favorito es el brasileño Gabriel Medina, con tres títulos mundiales, y quien en su país tiene olas cerradas parecidas a La Bocana, con olas izquierdas y derechas. Y luego está Ítalo Ferreira, también de Brasil, el primer campeón olímpico en la historia del surf, quien considera que es muy bueno. Igual, no olvida mencionar a Kelly Slater, un veterano de 50 años, 11 veces campeón mundial, y quien, además de tener un vídeojuego que lleva su nombre, acaba de ganar el primer evento del circuito de la WSL en Pipeline, Oahu, Hawaii.
Por ahora Porfirio sigue preparándose para cumplir sus aspiraciones, tanto locales como internacionales, a las que se acerca tras sus entrenamientos de entre cinco y siete horas diarias. “Todo depende de las olas, pero cada vez que puedo estoy aquí en el agua, mi sueño sigue intacto”.