Eduardo Barrientos Unity Willis Towers Watson El Salvador
¿Qué mejor prestación que brindar a los empleados la herramienta que hará posible que su patrimonio esté protegido y con ello el bienestar de la familia? Algunas personas, cuando piensan en la erogación que deben efectuar para adquirir un seguro, en ocasiones se preguntan si es o no es necesario; especialmente, cuando se ha gozado de buena salud y se ha invertido poco en gastos preventivos o curativos.
Hasta suele verse como un gasto innecesario. No obstante, la respuesta a esa inquietud puede venir desde el propio interior del individuo, si cambia la pregunta a otras más difíciles como: Si tengo un accidente fuerte y quedo imposibilitado, ¿Cómo pagaré las facturas por rehabilitación, prótesis si fuera necesaria, honorarios médicos, intervenciones quirúrgicas y otras?, ¿Cómo podrá mi familia mantener el nivel de vida, alcanzar las metas y sueños trazados, si yo llego a faltar?, ¿Cómo pagaré el costo de la vida para mí y mi familia en caso de que me incapacite?, ¿Cómo se pagará la hipoteca si yo llego a faltar o quedo incapacitado?, ¿Es un hospital público realmente una buena opción ante las altas cuentas que por diagnóstico de COVID se ven en los hospitales privados?, ¿En caso de diagnóstico COVID atendido en hospital privado, cuento con los ahorros suficientes para cubrir la cuenta generada en la Unidad de Cuidados Intensivos?, ¿y si mi esposa tiene un parto complicado, tengo los ahorros para cubrir los gastos de ella y el bebé? Hay otra serie de preguntas que podríamos hacernos, pero la respuesta a todas ellas se contiene en seis palabras: Mediante la contratación de un seguro.
Un seguro es la protección del patrimonio de las personas contra las eventualidades que puedan suceder a los activos de una persona, a la salud, al desempleo o a la vida misma. Hay muchas cosas que podemos necesitar, pero hay algunas cuya adquisición no deberíamos pasar por alto, como son las principales pólizas de seguro, ya que su necesidad se hace imprescindible en este tiempo en que los riesgos e imprevistos se materializan constantemente. Contar con un seguro es contar con salud, prevención, tranquilidad y bienestar.
Las empresas, dentro de su paquete de beneficios a empleados ofrecen, usualmente, un seguro de vida y gastos médicos, la minoría de ellas sin contribución de parte del empleado y la mayoría con participación tanto del empleado como del empleador.
En el último de los casos, en muchas ocasiones el empleado declina tomar el seguro, especialmente si tiene contratada ya alguna póliza a título personal; sin embargo, también están aquellos que lo declinan por considerarlo un descuento en planilla totalmente innecesario.
Seguro de Vida.Protege a la familia de pasar problemas financieros si se llega a faltar, ya que suple el ingreso familiar durante un tiempo, mientras la familia se estabiliza. Seguro Médico. Protege de la pérdida financiera en que se puede incurrir por gastos relacionados con enfermedades o accidentes.
En la actualidad, constantemente incrementa el valor de las medicinas, de los honorarios médicos, costos de hospitalización y de exámenes de diagnóstico haciendo cada vez más difícil el poder afrontar sin problemas, del propio pecunio, los gastos por la pérdida de la salud.
El costo del seguro colectivo es mínimo si se le compara con el costo de un seguro individual y es un buen complemento para realizar combinación de beneficios, por lo que conviene adherirse a los planes ofrecidos por las empresas.
Si ya se cuenta con una póliza personal de seguro de vida, no hay una restricción para contratar cobertura adicional y, en cuanto al seguro médico, de la misma manera, puede contarse con el seguro colectivo y, de la mano de un buen corredor de seguro obtener el mayor beneficio, contando con la asesoría de cuáles gastos reclamar en cada póliza.
En caso de no contar con una póliza de seguro, con mayor razón es importante adherirse al plan de seguro colectivo que ofrecen las empresas, con el objeto de velar por el patrimonio familiar