Agencias-En la novela ‘La montaña mágica’ de Thomas Mann, Hans Castorp, el protagonista de la obra, hace una distinción constante entre ‘los de allí abajo’ y ‘los de aquí arriba’, aquellas personas que, como él, aquejadas de tuberculosis y otras enfermedades respiratorias, tienen que vivir en el sanatorio de Davos en las montañas, donde tratan de mejorar mediante una cura basada en el reposo.
El clima fresco de las montañas y la vida contemplativa (la mayor parte del tiempo los protagonistas no hacen otra cosa que comer copiosamente o descansar tumbados en una hamaca, mirando la nieve) es todo lo que tienen en ese sucedáneo de vida real, en el que dudan hasta de su futura existencia.
El autor alemán se basó para escribir la obra en su propia vida. La idea surgió a partir de una visita a su mujer Katia, que se encontraba hospitalizada en el Sanatorio Wald de Davos: “Me visitó en Davos, y su llegada fue, sin duda, similar a la de Hans Castorp”, diría su esposa en una carta. Como al protagonista, el doctor del sanatorio le sugirió a Mann que también se quedara un tiempo reposando en Davos, pero este se negó. Al menos la visita le sirvió para dar forma a algunos de los personajes de su libro, a los que solo tuvo que cambiar el nombre.
No hay que trasladarse a los Alpes Suizos para recrear con la memoria esa época en la que la enfermedad favorita de los artistas obligaba a recluirse en sanatorios.