Agencias-Durante cuatro siglos, al menos, la costa sur de Groenlandia definió el borde más occidental de la ocupación vikinga.
Una zona verde y fértil, a la que zarparon oleadas de inmigrantes nórdicos en busca de una vida mejor.
La cultura popular le atribuye el descubrimiento de este apartado paraíso al explorador noruego Erik el Rojo, apodado así por su color de pelo y desterrado en algún momento de su vida a Islandia.
El padre de Erik el Rojo, a su vez, habría sido desterrado a Noruega por homicidio. Sin embargo, de pronto y de manera absolutamente misteriosa, estos asentamientos vikingos llegaron a su fin.
Una nueva investigación sugiere que podríamos haber estado equivocados sobre la causa principal del colapso, cambiando el enfoque del frío extremo por la sequía extrema.
El equipo de Raymond Bradley, que ha llevado a cabo la investigación, ha estado tres años excavando cerca de un lago cercano.
Este ‘emparedado’ de lodo, sedimentos y bacterias ha contado una historia de 2000 años con temperaturas estables y precipitaciones cada vez más escasas.
La vida estaba ya al borde del abismo, pero cada año de sequía fue un clavo más en el ataúd La vida estaba ya al borde del abismo, pero cada año de sequía fue un clavo más en el ataúd. La tendencia a tener familias más pequeñas, la caída en el valor de los colmillos de morsa frente al marfil de elefante, todo eso pudo agravar un problema que tenía difícil solución.