El Salvador-Los colochos, las atajadas y el baile de Clara Leonor Martínez no pasan desapercibidos en las diferentes canchas de la Liga de Fútbol Playa Copa CEL 2022, en las que se ha desempeñado como portera y capitana del equipo El Espino.
Incluso, Martínez tuvo un estupendo desempeño este fin de semana al anotar un golazo de tiro libre y atajar un penalti decisivo en el triunfo que consiguió El Espino 4-3 ante San Marcelino en el partido de ida de los cuartos de final.
Fiel a su estilo, la jugadora residente en Arcos de El Espino celebró con un baile en el estadio de la Costa del Sol y recibió abrazos efusivos de sus compañeras. Eso sí, el próximo sábado espera celebrar la clasificación a semifinales con otra victoria ante San Marcelino.
Así vive la portera una jornada más de fútbol playa, pero fuera de las canchas, la vida de Clara Martínez sigue vinculada al sol, mar y arena ya que se desempeña como guardavidas de la Dirección General de Protección Civil.
Clara contó que tiene siete meses de pertenecer al equipo de guardavidas de Protección Civil y es la única chica en el grupo de 13 personas que velan por la seguridad de los bañistas en una de las playas más concurridas de Usulután.
“Me gusta surfear y nadar mucho, pero todo esto de ser guardavidas surgió desde el año pasado con una convocatoria y me interesó mucho. Al principio no estaba segura, pero fuimos a la convocatoria, incluso, fuimos a la piscina de El Polvorín, nos hicieron la prueba para ver cómo nadamos y gracias a Dios pasamos las pruebas, y comenzamos a trabajar en diciembre”, relató la guardameta de 23 años.
Y en su corta trayectoria como guardavidas, Clara ya suma tres rescates en siete meses y del primero recuerda casi todos los detalles.
“Fue un joven y recuerdo que cuando llegué a donde él, todavía levantaba sus brazos, le tiré la boya y le pedí que se tranquilizara. Salvar la vida de alguien deja una satisfacción muy bonita. Un rescate se ve fácil, pero no lo es, porque uno tiene que ir preparado para saber cómo llegarle a esa persona, tranquilizarlo y decirle que todo está bien”, explicó.
Además de los rescates, Clara y el resto de guardavidas también hacen trabajo preventivo y doblan esfuerzos cuando hay mucha afluencia de turistas.
“Nos distribuimos en las diferentes zonas de la playa y me gusta prevenir a las personas de que no se metan muy adentro del mar, debemos trabajar con responsabilidad para evitar un ahogamientos y que todas las personas se marchen con bien”, enfatizó Martínez quien comentó que su rutina de trabajo es de lunes a viernes de 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde.
Clara es madre soltera y reconoce que su hija de dos años, Keyla Mirella, es el motor que la impulsa para salir adelante y a demostrar que las mujeres también tienen la capacidad de desempeñarse como guardavidas y portera.
“Al principio la gente puede decir que uno como mujer no tiene la capacidad, pero lo hemos demostrado hasta el momento. Nos preparamos físicamente y debemos tener resistencia a la hora de un rescate”, enfatizó.
La capitana de El Espino vive con su madre Juana Bautista y el trabajo de guardavidas se ha vuelto una de las principales fuentes de ingreso, además del negocio de comida que tiene su progenitor, en el cual trabajaba antes de convertirse en guardavidas.
Martínez también aprendió la pesca artesanal gracias a su padre Jorge Martínez, quien falleció hace cinco años, pero explica que ya tiene varios años de no dedicarse a este oficio que es muy común en las diferentes costas salvadoreñas.
“Mi papá (Jorge Martínez) siempre nos enseñó a nadar y a pescar desde pequeña, después me gustó surfear y ahora como guardavidas la mejor satisfacción es poder ayudar a otras personas”, comentó la portera de 1.61 metros de estatura.
SU LLEGADA AL FÚTBOL
Clara Martínez comenzó su carrera como jugadora de fútbol 11 en torneos municipales a la edad de 12 años, actividad que alternaba con fútbol playa, dos modalidades que ella disfruta y vive con intensidad.
Actualmente, Martínez juega su segunda Liga de Fútbol Playa consecutiva y explicó que al principió jugó como pívot, pero luego optó por ponerse los guantes y evitar los goles del rival.
“Este año ingresé luego de un mes, las chicas me motivaron a que jugara y el técnico me convocó para que jugara como pívot, pero opté por ser la portera, porque me gusta evitar los goles y todo eso”, dijo al tiempo que agregó que “el fútbol playa significa mucho, me encanta y desde pequeña lo disfrutaba, mis compañeras se sienten felices cuando ganamos los partidos y aunque los perdamos nosotras disfrutamos el fútbol al máximo.
Sobre su baile en las arenas, Clara dijo que es parte de una emoción inevitable. “No lo ensayo, a mi me gusta ser alegre y el baile surge de manera espontánea por alguna atajada o gol y porque uno tiene que ponerle motivación al partido y a la barra. Yo soy bien motivadora y trato de animar a mis compañeras, que a veces se desconcentran y las animo y les digo: vamos chicas, vamos que se puede”.
Luego de más de una década de trayectoria deportiva, uno de los anhelos deportivos de Martínez es jugar con la selección femenina de El Salvador. “Quiero llegar muy lejos como futbolista y espero tener la oportunidad de alcanzar mi objetivo de ser parte de la selección, hasta ahora no se ha dado, pero espero que primero Dios salga”, dijo.