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Los Tokens No Fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), han permitido a los artistas comercializar sus creaciones sin necesidad de tener un intermediario o realizar alguna exposición física. Sin embargo, obras originales de artistas como Frida Kahlo o Pablo Picasso se han envuelto en polémica derivada de la tokenización del arte.
Es importante explicar que los NFT son activos únicos, los cuales no se pueden intercambiar al no existir otro similar en la esfera digital. Para que una obra de arte digital sea considerada un NFT debe de realizarse por medio del Blockchain, convirtiéndolo en un archivo digital indestructible e inmutable. Es decir, se basa en cadenas de bloques unidas por un sistema de encriptado el cual garantiza la inaleterabilidad de la información.
Una persona podrá ser titular del NFT si puede registrar, verificar y rastrear con certeza la obra. Por medio del blindaje tecnológico la transacción no se puede modificar, representando un aval de autenticidad. De esa manera, se deja un registro del autor los datos necesarios sobre la adquisición: quién es el comprador, el precio, fecha y más.
Cuando una persona adquiere un NFT consigue la titularidad y derechos de la imagen digital original, otorgándole la propiedad de esta. Además, las personas pueden considerarla una inversión, igual que como se hace con las obras artísticas tradicionales, con la diferencia de ser un bien intangible.
No obstante, puede representar un problema, pues cuando se acuña un NFT lo que se hace es subir una obra protegida por derecho de autor a una base de datos, la cual es un blockchain. De esa forma, cualquier persona puede usar una obra digital y subirla sin ninguna restricción, violando los derechos de autor cuando la persona no cuenta con esos derechos.
Recientemente, Marina Picasso y su hijo Florian, anunciaron que acuñarían más de mil NFT a la venta basados en la obra de Picasso. Sin embargo, la Administración Picasso, quien gestiona las obras de cinco de los herederos del artista, incluida Marina puede clausurar cualquier posible malversación a la propiedad intelectual de Pablo.
En ese sentido, Claude, uno de los herederos de las obras, rechaza el plan de tokenizar las creaciones del español. Por ello, cualquier NFT creado a nombre de Pablo Picasso sería una falsificación, con lo cual, no podría tener un buen rendimiento en las subastas. A finales de enero de 2022, la familia anunció que no se revelaría o vendería alguna obra de arte digital vinculada a las hechas por el artistas originario de Málaga.
Ahora, algunas personas se han planteado hacer un NFT de una obra artística tradicional, lo cual podría generar la duda si no se violan derechos de autor. No obstante, la práctica ha empezado a popularizarse, llegando al grado de quemar la obra de arte original para aumentar el valor del NFT.
Martin Mobarak, CEO de Frida&NFT, quemó el cuadro de Frida Kahlo “Fantasmones siniestros” a principios de octubre. De esa manera, el cuadro valuado en 10 millones de dólares pasó a comercializarse con 10 mil NFT por un valor de tres unidades en Etherum, teniendo una ganancia cercana a los 40 millones de dólares.
Sin embargo, el Banco de México, fiduciario del Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, no ha recibido ninguna solicitud o emitido una autorización para reproducir la obra de arte mencionada. Como consecuencia, no podría existir un NFT del cuado “Fantasmones siniestros”.