Desde que en 1995 los astrofísicos suizos Michael Mayor y Didier Queloz descubrieran el primer exoplaneta, el catálogo de posibles mundos conocidos fuera de nuestro sistema solar se ha ampliado a 4.000.
Sin embargo, todavía es muy difícil conocerlos con exactitud porque están muy lejos y quedan ocultos por el potente resplandor de sus estrellas. Conocer si están envueltos en atmósferas, si pueden soportar agua en su superficie o reunir las condiciones necesarias para albergar vida es extremadamente complejo.
En lo que puede ser un paso importante para mitigar estos problemas, un equipo de investigadores europeos ha utilizado por primera vez una nueva técnica para observar de forma directa un mundo extrasolar a 130 años luz de distancia.