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El humo del cigarro contiene más de 4 mil sustancias nocivas como el monóxido de carbono y la nicotina, las cuales generan daño al ser inhaladas. Sin embargo, pese a que las mascotas no absorban directamente el humo del tabaco, estar cerca de fumadores las expone a los mismos riesgos de salud.
Esto se debe a que si se fuma dentro del hogar, el aire del ambiente podría contener 50 veces más sustancias cancerígenas, el triple de nicotina y monóxido de carbono, comparado con el humo de tabaco inhalado por el propio fumador.
Por ejemplo, en el caso de los perros con el hocico más alargado, son tres veces más propensos a que el humo de tabaco les provoque cáncer de pulmón y nasal. Asimismo, tienden a presentar irritaciones, conjuntivitis, picor en los ojos y tos. Igualmente, también es común que la inhalación del humo de tabaco les provoque náuseas o pérdida del apetito, además de bronquitis, asma y alteraciones cardiovasculares.
Por otra parte, los gatos que viven en un ambiente de fumadores, son cinco veces más propensos a desarrollar cáncer de la boca, linfomas o cáncer del sistema inmunológico. Tales consecuencias son producidas porque las células cancerígenas del humo del tabaco quedan flotando en el aire, por lo cual se impregna en el pelaje de los gatos y se queda adherido. Por lo tanto, el gato al acicalarse lame las moléculas, contaminando su mucosa oral, situación que propicia una enfermedad, según investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Tuft.
Sin embargo, se puede prevenir la enfermedad evitando fumar en casa o en presencia de las mascotas, al igual que brindando la higiene necesaria, como un baño regular, según el tipo de mascota. Por otra parte, las aves son las mascotas más vulnerables a los fumadores, pues su sistema respiratorio es especialmente sensible. Tienen sacos aéreos distribuidos por todo el cuerpo además de sus pulmones, por ello, tienen una elevada probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón o neumonía, e incluso pueden llegar a morir.
Otros animales como conejos y reptiles pueden desarrollar anomalías cardíacas, irritación de ojos y temblores. Por ello, y debido a que todas las mascotas llegan a ser muy curiosas, recomiendan no exponerlos al humo del cigarro. O a productos derivados del tabaco que puedan contaminar su medio ambiente.