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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 17 por ciento de los mexicanos tienen sobrepeso. Además, el 10% de la población tiene diabetes, el 15% hipertensión y un tercio tiene mediciones de colesterol en sangre por encima de los niveles clínicamente seguros.
En México, el 58% de la población mayor de 18 años no practica ningún deporte físico. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la falta de tiempo y las exigentes cargas de trabajo conducen a una vida sedentaria.
Ante el poco tiempo que se tiene para preparar comida, muchas personas prefieren comprar una pizza o un bocadillo. Sin embargo, un estudio del Hospital General de Massachusetts, al cual NotiPress tuvo acceso, señala que esas compras no solo afectan el bolsillo, sino también la salud.
Publicado en el American Journal of Preventative Medicine, el estudio evalúa la asociación entre las compras de alimento en el trabajo y la salud en general. Entre sus hallazgos, se indicó que hay una relación entre las compras más saludables y la menor prevalencia de obesidad, hipertensión y diabetes.
El Mass General implementó un programa de etiquetado semafórico de alimentos en sus cafeterías en 2010. Llamado Elige bien, come bien, este programa califica la salubridad de todos los artículos con etiquetas verdes, amarillas y rojas, las cuales indican qué tan a menudo se deben de consumir.
Aunque el programa daba lugar a compras más saludables, no había forma de evaluar como estas elecciones afectaban a la salud. Por ello, un equipo de investigadores, encabezados por la doctora Anne Thorndike, buscó controlar las elecciones alimentarias realizadas en el trabajo para ver si afectaban al riesgo de enfermedad cardiometabólica.
Con la participación de 602 empleados, se controlaron las dietas y compras de alimentos en el lugar de trabajo para ser evaluados en un periodo de tres meses. Además, se midió la ingesta alimentaria en 24 horas usando el Índice de Alimentación Saludable (IMC), presión arterial y HbA1c para evaluar el riesgo diabético de los participantes.
Tras el análisis de los resultados, el equipo descubrió datos reveladores, pues la muestra de los empleados representaba a la población general en cuanto a su dieta. Cerca del 20% tenía hipertensión y casi el 30% eran prediabéticos con una puntuación media del IMC de 60, considerando el 100 una dieta perfecta.
La compra de alimentos más sanos en el lugar de trabajo, descubrió el estudio, está relacionada con un menor riesgo de obesidad, hipertensión arterial y diabetes. Sin embargo, indicaron que el almuerzo no es el principal factor relacionado con el estado de salud general; pero, la investigación proporcionó información sobre los hábitos alimentarios de cada persona, incluyendo lo que comía fuera del trabajo.
Esta investigación tiene como objetivo comprender mejor los comportamientos de elección de alimentos y cómo afectan la salud. La doctora Thorndike considera que los factores conductuales y cognitivos influyen en los resultados de la obesidad.
A pesar de que existen miles de campañas para promover un estilo de vida saludable, la tasa de obesidad y diabetes continua aumentado. La doctora señaló que un motivo puede ser porque se enfocan en la pérdida de peso y no en la prevención.