Aerofobia: ¿a qué le tememos cuando no queremos volar?

NotiPress

Alrededor del 30 por ciento de las personas a nivel mundial le tienen miedo a volar, una condición conocida como aerofobia. Actualmente, el temor a volar ha tenido un crecimiento considerable en los últimos años. Asimismo, está presente en una población muy heterogénea, que no se distingue sexo, edad o condición socioeconómica.

Como toda fobia, la aerofobia cuenta con grados de severidad y superaciones terapéuticas personales. Además, es probable que las personas experimenten temor al volar alguna vez en sus vidas, pues no solamente se trata de una sola fobia, sino de varias y diversas, según un reciente estudio.

En la aerofobia, no hay un origen único: expertos
Silvina Bucci del centro de psicoterapia TEAM-CBT México y Lionel Epsztein, psicólogo, coach y socio de Poder Volar México, comentaron a NotiPress que no existe un origen único para todos los casos de aerofobia. Muchas veces, esta fobia es aprendida en casa, cuando se escucha hablar sobre los peligros de los peligros de viajar en avión.

Las malas experiencias en algún vuelo también puede generar un mayo miedo a subirse a un avión. Estas malas experiencias pueden ser desde leer sobre algún accidente aéreo o una mala turbulencia durante el viaje. Muchas veces este miedo deviene de no conocer los mecanismos del vuelo, los cuales van desde ruidos o hasta turbulencias.

El aumento de noticias relacionadas con fallas en los aviones también pueden generar un miedo a viajar por aire. Claudio Plá, médico psiquiatra y psicoanalista fundador de Poder Volar, aseguró en entrevista exclusiva con la agencia de noticias que el dramatismo en medios de comunicación es un factor entre las personas que padecen aerofobia.

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Plá comentó que aunque los aviones llegan a regresar a sus aeropuertos de salida por algún desperfecto, estas maniobras no suponen un peligro para los pasajeros. Las aeronaves comerciales cuentan con elementos esenciales duplicados, lo cual permite tener una mayor seguridad durante los viajes.

Asimismo, el estudio publicado en Elsevier destaca que muchos de los casos de aerofobia son producto de uno o varios miedos. Es decir, si una persona es claustrofóbica, sentirse asfixiada en una cabina de avión, por su parte pueden padecer de acrofobia (miedo a las alturas) o agorafobia.

Tomar un vuelo puede ser algo normal para muchas personas, pero otras tantas es un proceso difícil. Detectar la raíz de la aerofobia permite a los viajeros, así como a sus terapeutas, superar el miedo y viajar de forma tranquila.