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Cientos de personas se congregaron en las calles alrededor del Zócalo de la Ciudad de México a la espera de la ceremonia de entrega del bastón de mando a Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México. El apoyo de diversos grupos sociales como la comunidad LGBTTTIQ+, sindicatos y habitantes de alcaldías como Xochimilco e Iztacalco, era evidente en las inmediaciones.
El acceso a la plancha del Zócalo se vio desbordado, obligando a muchos asistentes a buscar otras calles para intentar ingresar. Esto subraya la magnitud de la convocatoria para este acto en el cual 70 pueblos originarios y afromexicanos reconocerían oficialmente a Sheinbaum como líder de la nación.
Ceremonia y significado espiritual
La ceremonia comenzó con una representante de los pueblos originarios que, con las manos alzadas hacia el oriente, dio inicio al ritual sagrado. “Estamos de fiesta”, dijo, pidiendo respeto para la ceremonia en la que se pedía iluminación y guía para la presidenta. En este acto, los pueblos ofrecieron plegarias para que Sheinbaum cuente con sabiduría y fuerza en cada una de sus decisiones.
Al son de las conchas y tambores, los asistentes mostraron su respaldo total a Sheinbaum. La comunidad se dirigió a la nueva mandataria con palabras de apoyo: “Doctora Claudia, usted no está sola, estamos todos los pueblos con usted”.
Entrega simbólica del bastón de mando
El momento culminante llegó cuando la hermana Virginia, en representación de los pueblos originarios y afromexicanos, tomó la palabra para entregar simbólicamente el bastón de mando a Sheinbaum.
Hoy es un día de fiesta, alegría y esperanza que quedará grabado en nuestra memoria colectiva”, expresó. Enfatizó la confianza de las comunidades en el liderazgo de Sheinbaum para seguir los principios de la cuarta transformación y trabajar por un México más justo.
Los cientos de asistentes que abarrotaban la Plaza de la Constitución corearon “Presidenta” mientras Sheinbaum recibía el bastón, consolidando este evento como un hito simbólico en el inicio de su mandato.